Iglesia de Santa María en Valpuesta, Burgos

Situación

La Iglesia de Santa María se encuentra en la localidad de Valpuesta, perteneciente al término municipal de Berberana, provincia de Burgos.

Historia

El nacimiento de Valpuesta se remonta a la época de la historia de la Reconquista, aunque ya en el siglo V, tanto en esta zona como en torno al río Ebro, hay vestigios de eremitorios. En el año 804 queda reflejado en el Acta Fundacional de Valpuesta cómo el obispo Juan fue enviado por el rey astur Alfonso II El Casto para repoblar el lugar.

En poco tiempo Valpuesta se convirtió en el segundo obispado más importante, después del de Oviedo. Su dominio abarcaba desde Asturias hasta la actual Vizcaya, llegando por el sur hasta las zonas limítrofes con la dominación musulmana (actuales territorios de Burgos, Álava y La Rioja).

A este dominio eclesiástico se encomendaban y amparaban sus gentes, buscando seguridad y la salvación de su alma. Bajo su protección y cuidado se encontraban tanto las donaciones de sus fieles como las presuras (apropiación y labranza de las tierras de labor abandonadas).

El obispado de Valpuesta se mantuvo entre el año 804 y el 1086, casi trescientos años, pasando entonces a depender de la sede episcopal de Oca-Burgos.

Aunque fue despojada de su título episcopal, Santa María de Valpuesta acogió un cabildo, quedando erigida en cabeza de arcedianato (se ocupaban entre otros asuntos de las obras de caridad que ejercían departe del obispo), dependiente de la sede burgalesa. Además, seguiría con sus posesiones, su jurisdicción y sus prebendas.

La iglesia gótica actual fue construida por voluntad del arcediano Don Juan Fernández de Carrión, iniciando las obras en el año 1341, y pasado el año 1500 pasó a ser colegiata hasta 1851.

La invasión francesa de 1808, con la ocupación de la iglesia y dependencias por sus tropas, destruye documentos y expolia parte de sus tesoros, lo que supuso un duro golpe para Valpuesta.

La Desamortización de Mendizábal del año 1856 asestó el golpe final al tempo, despojándolo de sus posesiones y privilegios y cayendo en un profundo olvido y abandono.

La iglesia que hoy conocemos, iniciada en el siglo XIV, es gótica.

Los inicios del castellano:

Los Cartularios, en este caso de Valpuesta, son una serie de manuscritos de pergamino, que recogen compras, ventas, fundaciones, juicios, disposiciones, donaciones, herencias, etc... de la colegiata, cuyo fin era registrar y salvaguardar sus posesiones.

Las actas más antiguas de dichos cartularios datan del siglo IX, y permiten estudiar entre sus líneas una evolución lingüística de la escritura visigótica hacia la Carolina, pudiendo reconocer en ellas los primeros rasgos incipientes de lo que será una nueva lengua romance: el castellano.

Los diferentes fenómenos fonéticos, morfológicos y lexicográficos hallados en los cartularios, han hecho que Valpuesta sea ampliamente reconocida como la cuna del castellano.

La Real Academia de la Lengua Española afirmó que los cartularios de Valpuesta incluyen "términos que son los primeros vestigios del castellano y los más antiguos encontrados hasta ahora".

Entre las manifestaciones más antiguas del castellano encontramos un acta del Becerro Gótico datada del año 939, donde una mujer recibe a cambio de una viña un potro castaño y una piel (equulus castanu et pellis).

Descripción

El edificio consta de una sola nave con ábside poligonal y en el otro lado el coro, con su reja, sillería y órgano de tubos.

Adosada a la nave se encuentran la capilla de la Virgen de Valpuesta, la capilla de la Soledad y la sacristía. En la pared sur aparece el claustro, también gótico, en la norte está el Atrio o entrada de estilo neoclásico (siglo XVIII), así como la torre con su campanario octogonal.

El retablo Mayor es una auténtica joya renacentista del siglo XVI. Destacan en la parte media y alta los Doce Apóstoles que, por su expresividad y otros detalles, nos hablan de un gran maestro como Felipe Vigarny y su escuela.

Importantes son las tallas bajas compuestas por doce relieves de la vida de la Virgen. La parte superior está rematada por un Cristo crucificado, y la media por la imagen de la Virgen.

Cabe destacar una talla del Espíritu Santo con forma humana y alas de ángel situada en el retablo de la capilla de la Dolorosa (capilla lateral). Estas representaciones trinitarias fueron prohibidas a partir del Concilio de Trento, pasando a representarse desde entonces con forma de paloma.

Las vidrieras datan del siglo XV. Se encuentran en los ventanales del ábside, mirando al Este. Escenas como la Crucifixión, la Adoración o la Anunciación, las hacen comparables a las de la Capilla de los Condestables de Burgos o la Catedral de León. No se tiene conocimiento de su autor o autores, pero por su calidad y belleza son obras de maestros.

Estado de conservación

La iglesia ha estado en estado de ruina progresiva hasta hace bien poco pero actualmente se están realizando obras de consolidación en su interior.

Protección

El Patrimonio Histórico Español está protegido por la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español (B.O.E. núm. 155, de 29 de junio de 1985).