Castillo de San Felices de los Gallegos
San Felices de los Gallegos, Salamanca, Castilla y León
Situación
El Castillo de San Felices de los Gallegos se encuentra en el municipio del mismo nombre, fronterizo con Portugal, en la provincia de Salamanca.
Historia
La villa de San Felices de los Gallegos posee antecedentes romanos. El castillo fue edificado a finales del siglo XIII por don Dionís el edificador rey de Portugal y esposo de Santa Isabel, que se había apoderado de la villa en el año 1296. En el año 1476 los Reyes Católicos se lo concedieron a Garcí Álvarez de Toledo, primer duque de Alba, quien colocó el escudo real en las dos torres albarranas pentagonales del recinto amurallado del castillo en señal de lealtad, y levantó la actual torre del homenaje. En el siglo XVII se construyó alrededor del castillo una barrera abaluartada, para defenderse durante la guerra contra Portugal.
Descripción
El castillo de San Felices de los Gallegos era de plaza única, cerrado con murallas de sólida construcción y torres cuadradas. El trazado de la plaza de armas es irregular, casi elíptico, adaptado a las necesidades del terreno. La primitiva torre del homenaje fue derruida y sobre ella se edificó la actual. En torno al conjunto había un foso que servía de primera defensa.
Las murallas, de sillarejo bastante regular en su aparejo, tenían nueve varas de altura por la parte exterior y cuatro varas en la interior, y dos varas y media de grosor. Antiguamente estaban coronadas por almenas, pero con el uso de nuevas armas, se hicieron desaparecer. Tenía torres cuadradas de escaso saliente, muy espaciadas, sin adarve saliente o amatacanado. Había dos escaleras interiores para subir a los muros. La puerta de salida era llamada del Moro.
La torre del homenaje actual fue construida a mediados del siglo XIV, al convertirse el castillo en residencia palaciega. Esta nueva torre del homenaje es grande y segura, un poco desplazada del recinto primitivo, de sólida sillería bien labrada, y gruesos muros de tres varas y un pie. La elevación de sus muros sobre el nivel de la plaza es de veintinueve varas y por la parte posterior de treinta y seis. Está cubierta por una bóveda apuntada, de dos varas y media de grueso en la clave. La plataforma superior está circundada por un parapeto de tres varas de alto con sendas escalinatas para facilitar el fuego de la mosquetería, sirviendo en lo moderno para el emplazamiento de varios cañones.
El interior de la torre del homenaje estaba dividido en tres pisos o suelos con fuerte envigado. El piso inferior estaba sobre la bóveda de buena sillería poco más elevado que el nivel de la plaza. Bajo esta bóveda estaba el compartimento que servía como almacén de pólvora, y debajo de este almacén se repartió el cóncavo de la torre en dos separaciones, una para un calabozo subterráneo y otra que para cisterna o aljibe, donde se almacenaban las aguas de la plaza y murallas, que se vertían a través de canalones de piedra empotrados para tal fin.
Como signos palaciegos del edificio pueden mencionarse varias ventanas, algunas partidas en ajimez, con asientos o estrados laterales en el interior. El adarve, de escaso saliente, descansa sobre arquitos y mensulones de matacán, no calado, sino de adorno. Las torrecillas o caracoles adosados al adarve, también de adorno, están colocadas en los frentes, no en los ángulos. Posee también gárgolas sencillas sin mascarones, merlones extensos en lo alto y escasas almenas.
La torre y los edificios que la rodean podían quedar aislados del resto de la muralla alzando de los puentes levadizos colocados en las rampas que cortaban el paso de las mismas murallas. Tras la puerta de la torre había una cavidad a cada lado, para poder tapiarla en caso de necesidad. Había también salidas subterráneas ocultas. Los cuarteles adosados al interior de las murallas podían alojar hasta mil hombres y alguna caballería. El castillo contaba también con dos hornos. Hasta nuestros días han llegado dos grandes cañones que estaban emplazados, uno en lo alto de la torre y otro en la muralla.
Como características fundamentales de la edificación pueden señalarse la portada y las bóvedas que apuntan en ojiva, los arcos o intradoses de las ventanas no son ojivales, perteneciente todo ello al llamado foco extremeño o de Cáceres. Sin duda, esta fortaleza-palacio la levantó doña Beatriz, cuando vivió en San Felices desde 1374. El recinto, abaluartado o bastionado, es de transición sobre el de las murallas (no abundan casos semejantes). Tenía tres fuertes baluartes o torres, dos de ellas con arco renaciente de paso inferior y el otro, macizo, adosados a los muros antiguos, acortando la mucha distancia que tenían los antiguos entrepaños o cortinas entre las torres cuadradas primitivas. Estos baluartes nuevos son pentagonales, dispuestos en punta y más salientes, acomodados a una mejor defensa. Los dos baluartes con arco llevan en sus frentes respectivos, sendos escudos y ambos a dos están orlados de un marco lleno de flechas recogidas en cerrados manojos. No llevan granada lo que significa que son anteriores a la toma de la ciudad.
Estado de conservación
La villa y el castillo de San Felices de los Gallegos han sido declarados Conjunto Histórico Artístico. La torre estaba bien conservada por fuera, pero en ruinas por dentro. Recientemente fue restaurado todo el conjunto, aunque resulta desagradable a la vista el color blancuzco del granito utilizado.
Propiedad y uso
Es castillo es de propiedad particular y las murallas municipal. En la torre se ha instalado un aula didáctica.
Visitas
El acceso es libre para todo el recinto excepto el interior de la torre del homenaje.
Protección
Bien protegido por la declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 sobre la protección de los castillos españoles (BOE núm. 125, de 5 de mayo de 1949) y por la Ley 16/1985, de 25 de junio, de Patrimonio Histórico Español (BOE núm. 155, de 29 de junio de 1985).
Libros y publicaciones
- Castillos de España (volumen II), VV.AA., Editorial Everest, S.A., León, 1997, Pgs. 1.085-1.088.
Monumentos próximos
- Muralla abaluartada de San Felices de los Gallegos (53 mt.)
- Muralla urbana de San Felices de los Gallegos (124 mt.)
- Conjunto Histórico de la Villa San Felices de los Gallegos (314 mt.)
MonumentalNet agradece la colaboración de Javier Agudo García, Javier Agudo García, Ramón Sobrino Torrens

Castillo de San Felices de los Gallegos
La fortaleza, con su imponente torre del homenaje, es el monumento más conocido de toda la villa. Conservando gracias a la sensibilidad que un aldeano mostró al parar las obras de su derribo, es necesario hacer un verdadero esfuerzo para seguir la línea de la primera cerca levantada a finales del siglo XIII por el rey don Dionis, y la de los baluartes construidos en el siglo XVII. La torre rodeada por otra muralla con almenas como segunda defensa, levantada en su robusta configuración actual del siglo XV, repartía su altura en tres pisos, más otro inferior en el que estaban los calabozos. Las garitas volandas en sus frentes, desde la que se puede contemplar una extrema panorámica y la serie de ventanas, algunas de ellas de una elegancia indiscutible, convierten en la torre en uno de los mejores ejemplares de los castillos mitad palacio-mitad fortaleza.
- Comunidad: Castilla y León
- Provincia: Salamanca
- Municipio: San Felices de los Gallegos
- Localidad: San Felices de los Gallegos
- Código: SA-CAS-003
- Categoría: Monumentos militares: Castillo